Después de un largo viaje en avión llegamos por fin a Estados Unidos, exactamente a Orlando (Florida). Quien más tenía ganas de pasar allí unos días era yo, Miguel. Me encanta el inglés y todo lo relacionado con el americanismo es digno de mi atención. Así que lo único de lo que tenía ganas era de aprovechar al máximo mi estancia allí. Habíamos planeado estar en EE.UU siete días. Íbamos a visitar Florida y Nueva York.
Un taxi amarillo nos recogió en la puerta del aeropuerto y nos dejo en el hotel de Disneyland Orlando, ya que nos habían comentado que el parque era genial y como no, queríamos visitarlo. Nos costó 180 euros la entrada al parque por persona por dos días. Y nos hospedamos en un hostal por 120 euros la noche y el desayuno.
Los dos días en el parque fueron genial, disfrutamos los cuatro como niños. Eso si el parque estaba a rebosar de gente, no cabía un alfiler pero igualmente nos lo pasamos genial, las atracciones son bastantes buenas y la animación inmejorable. Numerosas fotos nos hemos echado con Mickey, Minnie , Goofie y demás personajes que siempre nos han cautivado en nuestra infancia. Y de nuevo hemos alucinado con las travesuras del pato Donald o el amor entre Minnie y Mickey. Aunque el precio de la entrada sea un poco caro, merece la pena. El castillo del parque es espectacular y enorme y muchas otras estructuras del parque hacen que te quedes con la boca abierta. El parque obviamente está pensado para niños pequeños, ya que son los que verdaderamente disfrutan aquí, ya que hay mucha animación y decoración pero las atracciones podrían ser mejores.
Al tercer día, estuvimos en otro parque de atracciones muy famoso en Orlando, El Mágico Mundo de Harry Potter. El precio de la entradas mucho más económico que el de Disney pero tampoco tiene tantas prestaciones, mas que de atracciones es un parque temático, su decoración te cautiva pero las atracciones no tanto. No pudimos evitar subir al castillo e incluso tomarnos una cerveza de mantequilla. La animación también es muy buena con unos espectáculos maravillosos que nos dejaron maravillados.
Durante estos tres días nos hemos dado cuenta de lo comercial en general que es Estados Unidos todo le intentan sacar dinero y lo peor es que los turistas nos dejamos llevar.
Pero eso si también esto es la única parte de estadounidense que hemos visto y espero la verdad ver otro tipo de forma de vida.
Hemos recogido todo del hotel y nos hemos marchado a una de las playas más famosas de Florida: Siesta Beach. El taxi nos dejo en el centro de Saratoso ciudad muy próxima a la playa, allí cogimos un autobús y nos dejo a 1 km de la playa. A 400 metros de llegar, una mujer salió de una de las pocas casa que había allí por la proximidad de la playa y nos dijo que si queríamos nos podíamos quedar en su caso los días que quisiéramos ya que le contamos nuestro problema para encontrar alojamiento. Dormíamos los cuatro en una habitación, pero solo iba a ser una noche asi que mas queríamos … La mujer muy amable no nos dejo ir a la playa, nos dio un buen almuerzo americano, sándwiches a punta pala. Aquí nos fijamos en la mala alimentación americana y hasta nos enorgullecimos de nuestra dieta mediterránea.
Luego tras un pequeño descanso y conversación con la mujer de la casa, nos dirigimos a pasar el resto de la tarde en la playa, a descansar tomar el sol y bañarnos.
La playa nunca se me olvidará, parecía totalmente que de un momento a otro iban a salir los vigilantes de la playa con una cámara detrás grabándolos. Era exactamente la misma escena que teníamos todos en la cabeza de una playa estadounidense de la serie los vigilantes de la playa.
La tarde fue perfecta, el tiempo estaba muy bueno y la gente la verdad muy simpatica. El agua era muy fresca y cristalina. Así que como todo lo bueno se nos paso volando. Nos marchamos a casa de la buena mujer que nos había acogido y allí después de cenar fuerte, nos duchamos y preparamos todo para volar mañana por la mañana temprano. Que íbamos hacia New York.
Bien entrada la tarde llegamos a Nueva York. El sol ya se había escondido y nosotros en el centro de la ciudad sin alojamiento y eso fue lo primero que buscamos.
Encontramos un hotel cerca. El Ritz, otra cosa no pero caro era. Un hotel de cinco estrellas en el centro neoyorquino, eso significaba que pagabas, pagabas mucho dinero. Este fue uno de nuestros caprichos en el viaje nos costo por persona a 273 euros la noche y nos quedamos tres así que … si, un lujo. El hotel era caro si pero de muy buena calidad. Las habitaciones de dos personas eran inmensas con jacuzzi y una terracita muy curiosa.
Queríamos descubrir un poco sobre la noche allí así que sin pensarlos nos vestimos elegantemente y nos dirigimos a pub cercano del cual nos habían hablado muy bien.
Entramos en el Pub Cotton en el que según nos dijeron se escuchaba un jazz muy bueno. Marina que toca el saxofón le encanto la idea. La noche trascurrió muy bien, buena música y buena comida y como no buen ambiente. Así que pasadas las doce volvimos al hotel.
A día siguiente nos despertamos temprano queríamos conocer los más famosos monumentos en un día y así que nos dispusimos hacerlo. Primero nos dirigimos a la estatua de la libertad.
Tuvimos que tomar un ferry para poder verla desde más cerca y ver el museo de la inmigración en la isla de la libertad. Nos costó alrededor de los 10 euros.
Caminamos también por Wall Street, cientos de enchaquetados caminaban por esas aceras. Allí se encuentra la bolsa estadounidense y en alguna proporción mundial.
Cerca está también Broadway, una calle también llena de espectáculos que por la noche entrabamos a ver Mamma mia. También fuimos a Chinatown y a Times Square.
Todo esto en taxis y autobuses nos costó bastante dinero en total.
Después de haber estado dando tantas vueltas por la gran metrópoli neuyorquina, estábamos hartos de tanta gente y prisa y nos fuimos al hotel a ducharnos y vestirnos para ver el gran espectáculo. Nos costó 122 euros más o menos.
Al despertarnos el último día de nuestra estancia en Nueva York, queríamos pasar el dia mas tranquilamente ,decidimos pasar el día en Central Park y ver el museo de Historia Natural.
Después de desayunar muy tranquilamente, nos dirigimos al museo de Historia Natural a solo una calle de Central Park.
Sin ninguna duda este museo fue lo que más nos gusto del viaje. Es alucinante. Es muy grande y muchísimas curiosidades que te dejan con la boca abierta pero sin ninguna duda lo que más nos gusto fue la ballena encima del restaurante, el tronco de 100 años y la esfera de Hayden, en el que te hace referencia a el tamaño de las cosas que nos tenemos que imaginar su tamaño comparándolas con cosas que si sabes su tamaño.
Maravillados por el museo, salimos a comer en Central Park y luego estuvimos paseando todo la tarde por el inmenso parque.
No muy tarde volvimos al hotel a hacer las maletas y a descansar, ya que al dia siguiente nos esperaba un largo viaje.
Sin ninguna duda la estancia en este país nos ayudo además de conocer y ver los monumentos mas famosos, para conocer otro estilo de vida, que me he dado cuenta que no es ni mejor ni peor si no diferente.
Un taxi amarillo nos recogió en la puerta del aeropuerto y nos dejo en el hotel de Disneyland Orlando, ya que nos habían comentado que el parque era genial y como no, queríamos visitarlo. Nos costó 180 euros la entrada al parque por persona por dos días. Y nos hospedamos en un hostal por 120 euros la noche y el desayuno.
Los dos días en el parque fueron genial, disfrutamos los cuatro como niños. Eso si el parque estaba a rebosar de gente, no cabía un alfiler pero igualmente nos lo pasamos genial, las atracciones son bastantes buenas y la animación inmejorable. Numerosas fotos nos hemos echado con Mickey, Minnie , Goofie y demás personajes que siempre nos han cautivado en nuestra infancia. Y de nuevo hemos alucinado con las travesuras del pato Donald o el amor entre Minnie y Mickey. Aunque el precio de la entrada sea un poco caro, merece la pena. El castillo del parque es espectacular y enorme y muchas otras estructuras del parque hacen que te quedes con la boca abierta. El parque obviamente está pensado para niños pequeños, ya que son los que verdaderamente disfrutan aquí, ya que hay mucha animación y decoración pero las atracciones podrían ser mejores.
Al tercer día, estuvimos en otro parque de atracciones muy famoso en Orlando, El Mágico Mundo de Harry Potter. El precio de la entradas mucho más económico que el de Disney pero tampoco tiene tantas prestaciones, mas que de atracciones es un parque temático, su decoración te cautiva pero las atracciones no tanto. No pudimos evitar subir al castillo e incluso tomarnos una cerveza de mantequilla. La animación también es muy buena con unos espectáculos maravillosos que nos dejaron maravillados.
Durante estos tres días nos hemos dado cuenta de lo comercial en general que es Estados Unidos todo le intentan sacar dinero y lo peor es que los turistas nos dejamos llevar.
Pero eso si también esto es la única parte de estadounidense que hemos visto y espero la verdad ver otro tipo de forma de vida.
Hemos recogido todo del hotel y nos hemos marchado a una de las playas más famosas de Florida: Siesta Beach. El taxi nos dejo en el centro de Saratoso ciudad muy próxima a la playa, allí cogimos un autobús y nos dejo a 1 km de la playa. A 400 metros de llegar, una mujer salió de una de las pocas casa que había allí por la proximidad de la playa y nos dijo que si queríamos nos podíamos quedar en su caso los días que quisiéramos ya que le contamos nuestro problema para encontrar alojamiento. Dormíamos los cuatro en una habitación, pero solo iba a ser una noche asi que mas queríamos … La mujer muy amable no nos dejo ir a la playa, nos dio un buen almuerzo americano, sándwiches a punta pala. Aquí nos fijamos en la mala alimentación americana y hasta nos enorgullecimos de nuestra dieta mediterránea.
Luego tras un pequeño descanso y conversación con la mujer de la casa, nos dirigimos a pasar el resto de la tarde en la playa, a descansar tomar el sol y bañarnos.
La playa nunca se me olvidará, parecía totalmente que de un momento a otro iban a salir los vigilantes de la playa con una cámara detrás grabándolos. Era exactamente la misma escena que teníamos todos en la cabeza de una playa estadounidense de la serie los vigilantes de la playa.
La tarde fue perfecta, el tiempo estaba muy bueno y la gente la verdad muy simpatica. El agua era muy fresca y cristalina. Así que como todo lo bueno se nos paso volando. Nos marchamos a casa de la buena mujer que nos había acogido y allí después de cenar fuerte, nos duchamos y preparamos todo para volar mañana por la mañana temprano. Que íbamos hacia New York.
Bien entrada la tarde llegamos a Nueva York. El sol ya se había escondido y nosotros en el centro de la ciudad sin alojamiento y eso fue lo primero que buscamos.
Encontramos un hotel cerca. El Ritz, otra cosa no pero caro era. Un hotel de cinco estrellas en el centro neoyorquino, eso significaba que pagabas, pagabas mucho dinero. Este fue uno de nuestros caprichos en el viaje nos costo por persona a 273 euros la noche y nos quedamos tres así que … si, un lujo. El hotel era caro si pero de muy buena calidad. Las habitaciones de dos personas eran inmensas con jacuzzi y una terracita muy curiosa.
Queríamos descubrir un poco sobre la noche allí así que sin pensarlos nos vestimos elegantemente y nos dirigimos a pub cercano del cual nos habían hablado muy bien.
Entramos en el Pub Cotton en el que según nos dijeron se escuchaba un jazz muy bueno. Marina que toca el saxofón le encanto la idea. La noche trascurrió muy bien, buena música y buena comida y como no buen ambiente. Así que pasadas las doce volvimos al hotel.
A día siguiente nos despertamos temprano queríamos conocer los más famosos monumentos en un día y así que nos dispusimos hacerlo. Primero nos dirigimos a la estatua de la libertad.
Tuvimos que tomar un ferry para poder verla desde más cerca y ver el museo de la inmigración en la isla de la libertad. Nos costó alrededor de los 10 euros.
Caminamos también por Wall Street, cientos de enchaquetados caminaban por esas aceras. Allí se encuentra la bolsa estadounidense y en alguna proporción mundial.
Cerca está también Broadway, una calle también llena de espectáculos que por la noche entrabamos a ver Mamma mia. También fuimos a Chinatown y a Times Square.
Todo esto en taxis y autobuses nos costó bastante dinero en total.
Después de haber estado dando tantas vueltas por la gran metrópoli neuyorquina, estábamos hartos de tanta gente y prisa y nos fuimos al hotel a ducharnos y vestirnos para ver el gran espectáculo. Nos costó 122 euros más o menos.
Al despertarnos el último día de nuestra estancia en Nueva York, queríamos pasar el dia mas tranquilamente ,decidimos pasar el día en Central Park y ver el museo de Historia Natural.
Después de desayunar muy tranquilamente, nos dirigimos al museo de Historia Natural a solo una calle de Central Park.
Sin ninguna duda este museo fue lo que más nos gusto del viaje. Es alucinante. Es muy grande y muchísimas curiosidades que te dejan con la boca abierta pero sin ninguna duda lo que más nos gusto fue la ballena encima del restaurante, el tronco de 100 años y la esfera de Hayden, en el que te hace referencia a el tamaño de las cosas que nos tenemos que imaginar su tamaño comparándolas con cosas que si sabes su tamaño.
Maravillados por el museo, salimos a comer en Central Park y luego estuvimos paseando todo la tarde por el inmenso parque.
No muy tarde volvimos al hotel a hacer las maletas y a descansar, ya que al dia siguiente nos esperaba un largo viaje.
Sin ninguna duda la estancia en este país nos ayudo además de conocer y ver los monumentos mas famosos, para conocer otro estilo de vida, que me he dado cuenta que no es ni mejor ni peor si no diferente.
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